domingo, 22 de enero de 2012

La flauta de cedro

Ahí, donde la tierra toca el cielo, donde el azul celeste roza el naranja de la tierra, va Mirlo cada tarde.
Se sienta poniendo sus pequeñas piernitas del lado derecho doblándolas ligeramente como si formara un ángulo recto con la tierra.
Siempre lleva con él su flauta de cedro.
Años atrás, su abuelo la había tallado con sus propias manos y le había transmitido el secreto que un día Mirlo también tendría que entregar.
La rueda del tiempo que une el pasado con el presente legando el futuro no es tan sencillamente una fábula.
La flauta, tallada con amor y sabiduría en el cedro, es de un tono puro que va distillando una harmonía suave y cálida  que mece y apacigua el universo adolorido por la mano a veces tan cruel del hombre.
Mirlo toma su flauta de la mochila.
Un instante la contempla y acaricia las cámaras de sonido.
La lleva a su boca y sopla golpeando delicadamente con sus dedos el maravilloso instrumento que deja salir  una hermosa melodía quejumbrosa.
Una fábula moderna en un mundo donde los que creen en la magia, en este lazo que une la tierra al cielo y al hombre, se cuentan en los dedos de una mano.


1 comentario:

Shanok dijo...

y las estrellas bailan dulcemente al ritmo de hermosas melodias...
=))