Foto © Carlos Rios
A veces, soy como él.
Como el burro.
Se enciende en mi rostro una mirada triste,
y la dulzura de mi corazón
deja el paso a la testarudez.
Como el burro.
Se enciende en mi rostro una mirada triste,
y la dulzura de mi corazón
deja el paso a la testarudez.
Su mirada demorada
tiene algo que decirme,
y dejo que sus ojos negros
me arrullen con su infinita ternura.
Me susurra que si achata sus orejas
no es señal de sumisión,
sino de determinación.
A veces, soy como él.
Como el burro.
Como el burro.
7 comentarios:
Si a veces todos somos como burros en el buen sentido de la palabra burro.Gracias por tu visita,serás siempre bien recibida.
Besos
en eso radica la vida en ir tomando formas, mientras experimentamos, aprendemos, perfeccionamos y vivimos.,
aunque,,, amor, esa forma no te queda nada bien, prefiero al hada, la mariposa la princesita u otros tantos..., pero no burrito.,
A veces, mi estimada amiga todos somos un poco como él.
Un saludo.
No te lo tomes a mal Sonita, pero... me dan miedo y asco los burros jajajajaja.
Besos brujos!
Ser testarudo es la virtud de los que están convencidos de estar en lo cierto. Un beso, amiga,
V.
increíblemente, si alguna vez viviera en una granja o en un lugar que pudiera tener animales, una familia de burros sería protagonista principal, entre otros.
arriba los burros!
muchas gracias, Sonita, por tu visita a mi blog y por tus comentarios.
nos leemos...
Todos somos burros a todas horas...
Un beso guapa
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